El caviar de los Oscars

Esta última edición de los Oscar, los premios del cine de la Academia de Hollywood, serán recordados como los más surrealistas de la historia. Algunos recordaron aquel viejo mito según el cual el veterano actor Jack Palance concedió el Oscar a mejor actriz secundaria a Marisa Tomei sin hacer caso a lo que ponía en la tarjetita… Pero lo del 2017 ha sido mucho más gordo.

Tal vez los responsables de la película La La Land no estaban para mucha fiesta tras el error en la concesión del premio a la mejor película, pero el resto de los miles de invitados a la ceremonia seguro que disfrutaron de alguna de las partys que se montan para agasajar a los miembros de la industria hollywoodiense. Estas fiestas son legendarias por el lujo y el desmadre. Aunque en la actualidad todo el mundo tiene un poco más de cuidado por culpa del móvil, que nunca se sabe dónde y cómo te pueden sacar una foto…

Diversas organizaciones cuidan hasta en el más mínimo detalle las fiestas post-Oscar, a sabiendas de que los invitados llegan hambrientos, sedientos y con ganas de relajarse después de horas de gala. El catering es una de las piezas fundamentales de estas celebraciones. Y uno de los alimentos estrella siempre es el caviar: caviar sevruga, beluga, osetra… Los tipos más exclusivos de las huevas de esturión están disponibles para los invitados más selectos.

Varios de los chefs que se encargan de velar porque todo esté a la perfección coinciden en que deben contar con un servicio bien surtido porque cada invitado es diferente. Algunos son de probar un poco de caviar y una pizca de champán porque deben mantener la línea. Ya sabemos que un kilo de más en Hollywood puede significar mucho de cara a luchar por un papel. Pero otros  (sobre todo algunos actores masculinos) son más de devorar todo lo que encuentran a su paso.

Sí, también empiezan con un poco de caviar sevruga regado con vodka, pero no dudan en pasar al pastel de pollo y trufa blanca, al buey de Kobe, a la ternera de wagyu, terminando con los Oscar de chocolate. Sí, un poco de efecto kitsch en Hollywood es imprescindible. Y una fiesta post-Oscar sin un Oscar de chocolate, no es fiesta…