Vamos a cuidarnos 

Mi marido me lo dijo el otro día y quedé un poco descolocada: “vamos a cuidarnos”. Rondando la cuarentena, tarde o temprano sientes la necesidad de llevar una vida más sana, pero que mi marido me lo dijera a mí en vez de yo a él me dejó extrañada. Últimamente él está con algunos achaques, pero soy yo la que tal vez he estado comiendo peor. Siempre lo mismo: falta de tiempo, estrés en el trabajo y acabas descuidando lo más básico. Pero como él dice: vamos a cuidarnos. 

Cuidarse gira en torno a varios factores pero la alimentación ya sabemos que juega un papel decisivo. Yo siempre había cuidado mucho esa parcela, más que mi marido. Él me pregunta, a veces, que es bifidus y cosas de ese tipo porque no presta mucha atención a los detalles. De hecho, suele ironizar un poco sobre algunas de las cosas que tomo. Pero el otro día ahí estaba él: comiendo yogures con bífidus. Le miré y sonrió y fue cuando dijo: “vamos a cuidarnos”.

La acelerada vida que llevamos no ayuda en absoluta. Vivimos con prisa y con un montón de tareas siempre pendientes. Algo tan básico como el sueño se descuida. A menudo porque no tenemos otra opción: cuando tienes uno o varios niños pequeños en casa, el sueño se altera. Lo de dormir de un tirón es imposible para muchos niños.

Y luego está la alimentación. Si hay que comer en la oficina, por mucho táper que lleves, la cosa se complica. Pero hasta mi marido se ha apuntado ahora a las ensaladas. Él está decidido a cuidarse más sacrificando algunas cosas que antes eran impensables para él. Por ejemplo, dice que ver fútbol le estresa y lo ha dejado. Que un hombre deje el fútbol, no es moco de pavo.

Ahora que ya sabe que es bífidus, que ha dejado el fútbol y que toma ensaladas en el trabajo, solo me queda a mí ponerme a su altura: con lo del fútbol y los bífidus no hay problema, pero sí con la comida en el trabajo. Tendré que cuidarme.