Una segunda opinión

El sistema español de salud tiene sus luces y sus sombras como cualquier otro. Todo depende de con quién lo comparemos. Si hablamos con cualquier persona que viva en Estados Unidos te dirá que lo que hay en España es una bendición del cielo. Pero no hace falta irse tan lejos, porque, como sabemos, muchos europeos, sobre todo británicos y alemanes, acuden a España a tratarse dolencias médicas o a operarse: es el denominado turismo sanitario.

Yo siempre he dicho que el sistema nacional de salud es notable, y tiene muchas cosas buenas. Pero es un hecho que, como alertan diversos agentes de la comunidad médica, estamos cerca de un colapso. El envejecimiento de la población, entre otros factores, genera nuevas necesidades que el sistema de salud no está capacitado para resolver por falta de personal, instalaciones, recursos… o de todo un poco.

Y cuando una persona con una enfermedad importante se enfrenta a este complejo panorama del sistema de salud se producen situaciones delicadas. Fue el caso de mi tío, que había sido diagnosticado con cancer de pancrea, y que por suerte se ha recuperado tras una cirugía y un largo proceso médico.

Cuando mi tío empezó con las pruebas para determinar a qué se debían sus dolores abdominales y sus continuas indigestiones se dio cuenta de la exasperante lentitud con la que, algunas veces, funciona el sistema público de salud en España. También se suele decir que existen grandes profesionales: por supuesto, la mayoría de los médicos son grandes profesionales, pero no todos… al igual que sucede en cualquier otro gremio.

Después de muchas pruebas le asignaron un médico especialista para tratar su dolencia y empezaron los problemas. No se entendía con bien con el médico que no daba a mi tío apenas explicaciones sobre lo que podía tener. En ningún momento se refirió a la posibilidad de tener cancer de pancrea. Le dio unas pastillas y listo.

Mi tío se vio obligado a buscar una segunda opinión en un centro privado donde fueron un poco más profesionales… Al final dieron con la dolencia que era mucho más grave que la que había diagnosticado el médico especialista.