Organizador de viajes 

Al final le voy a coger el gusto a esto de organizar viajes para los demás. Como últimamente ya viajo cada vez menos y me estoy planteando dejarlo todo por falta de liquidez, al menos siempre me queda el consuelo de aplicar mis conocimientos para otros. Como mis padres querían hacer un viaje especial y no sabían muy bien a dónde ir, me ofrecí a organizarles algo yo mismo. Como saben que yo he viajado bastante y les conozco bien me dejaron vía libre para organizarlo a mi modo.

Y entonces empecé a pensar a ver dónde los podía llevar. Tenía que ser algo no muy lejano ni demasiado ambicioso, porque tampoco quieren ya grandes complicaciones. Tampoco me apetecía que fueran a los típicos destinos estilo Imserso, que están muy bien, pero para eso está el Imserso. Y debía ser algo que les gustase de forma un poco más específica. Entonces pensé en un viaje por las mejores visitas bodegas albariño

En principio, me pareció una gran idea por varias razones. Para empezar porque mis padres son unos grandes aficionados al vino… al vino bueno, como todos los verdaderos aficionados. No sé quién dijo una vez que la vida es demasiado corta para beber vino malo. Lógicamente, el vino bueno no siempre está al precio que nos permite la cuenta corriente, pero la frase viene a decir también que mejor poco y bueno que mucho y malo, ¿no? 

Por otro lado, un viaje para conocer las mejores visitas bodegas albariño era algo bastante ligero sin que supusiese un plan demasiado ambicioso como ir a conocer el Himalaya o algo así, que siempre dicen que ya no están para según qué cosas. Y, además, también está la gastronomía para acompañar el vino, que es otra pasión de mis padres… y de cualquiera al que le gusta la buena vida. Así que lo organicé todo con mimo: una nueva forma de viajar… a través de otros, ahora que la inflación y demás provoca que me tenga que conformar con “viajar” al centro comercial los fines de semana.