DEL ESPACIO TEATRAL AL ESCENARIO MULTIDISCIPLINAR

La democratización de las artes escénicas forma parte de un reclamo histórico discutido desde hace más de 500 años que en la actualidad se encuentra en pleno auge gracias a su vinculación con las nuevas tecnologías y disciplinas audiovisuales. En esta era digital proliferan nuevos formatos artísticos y de producción que amplían los escenarios de la actuación frente a un público cada vez más heterogéneo.
En consecuencia,  nuevas escuelas de actores acción escena se han diversificado. La revolución en la utilización de los distintos elementos que constituyen lo teatral ha sido conducida por los replanteamientos artísticos basados fundamentalmente en palabras, cuerpo y voz. A su vez, el desarrollo de las nuevas tecnologías ha abierto nuevos caminos y posibilidades para los actores, en un momento en que las industrias culturales desempeñan un papel esencial en las sociedades contemporáneas como agentes de crecimiento económico.

En Madrid, el Centro Universitario de Artes TAI imparte un Master Oficial en Actuación para Teatro, Cine y TV que refleja claramente la transformación de las artes escénicas en una formación ajustada a las necesidades de los artistas del siglo XXI. Habitualmente, solemos asociar el espacio escénico con el escenario teatral. Hoy sabemos que esa es una realidad del pasado, pues no cabe duda de la consolidación de una multiplicidad de relaciones entre el cine, el teatro, la TV y los llamados new media, relaciones que, a su vez, han permitido a los actores ampliar sus posibilidades artísticas y profesionales.

En la capital madrileña hay muchos espacios dedicados a las artes vivas, siendo el más célebre las Naves del Matadero. Allí, artistas con formación en teatro, mimo, danza, música, clown y un sin fin de artes escénicas colaboran habitualmente con profesionales llegados de las artes plásticas, visuales o la escritura dramática.

Una oferta cultural que refleja el trazo cada vez más difuso de la frontera entre las artes, contribuyendo a la demanda incesante de intérpretes multidisciplinares capaces de adaptarse a todos los formatos performáticos, teatrales y audiovisuales. Intérpretes que sean también escenógrafos, directores y empresarios capaces de emprender proyectos mixtos interartes. Los aspirantes a actores y actrices del siglo XXI, en consecuencia, requerirán cada vez de centros menos rígidos que las escuelas de actores y arte dramático tradicionales.