Como triunfar con platos muy sencillos y resultones

Dar de comer a tus clientes en una cafetería en la que se sirven platos rápidos no tiene por qué ser complicado ni suponer un problema. Pero tampoco tiene por qué limitarse exclusivamente a bocadillos y sándwiches. Aunque estos productos tienen una gran demanda y sirven tanto para las comidas principales como para merendar, se puede ampliar la carta con platos muy sencillos y resultones que atraerán a muchas personas.

Contando con un distribuidor de gamba pelada congelada, otros mariscos y verduras congeladas ya se abren muchas puertas para poder ofrecer una gran variedad de platos. Con un preparado para ensaladilla resulta fácil tener este producto listo para la venta desde la primera hora, ofreciéndose tanto de tapa de acompañamiento como de plato para una comida rápida. Las gambas y las verduras son perfectas para poder incluir en la carta todo tipo de revueltos que se hacen en un par de minutos y que suponen ofertas ligeras y sabrosas.

Las famosas tostas, cada vez más de moda, son también una excelente opción y una alternativa moderna a los bocadillos sin tener que trabajar mucho más. Sin llegar a la sofisticación de algunos restaurantes, se pueden ofrecer tostas de distintos sabores e incluso darles ese toque especial con las gambas peladas que hacen que el cliente sienta que está saboreando un plato más de lujo.

Las ensaladas son otra opción sencilla ya que prácticamente no dan trabajo. Comprando las verduras lavadas y en bolsa solo hay que tener previamente picados tomates, cebolla, aceitunas o un poco de fruta y se pueden conseguir muchas combinaciones diferentes. Se ofrece así una alternativa muy saludable para quienes quieren comer ligero. Si a las ensaladas se les añaden proteínas, como por ejemplo atún, pollo en dados, pavo o gambas ya contamos con un plato más fuerte que perfectamente puede ser un plato único para un día en el que solo se cuenta con media hora para comer antes de acudir de nuevo a clase o a la oficina.

Estas alternativas permiten que la cafetería pueda ofrecer comidas rápidas y muy sabrosas a todo tipo de clientes, incluso veganos, sin necesidad de contar con una gran cocina o con más personal para realizar estos platos, que pueden estar en gran parte previamente montados y solo tienen que pasar por plancha o aliñar antes de llegar a la mesa.