Enfermedades venéreas y dermatología

Muchas enfermedades venéreas tienen su manifestación en la piel o en las mucosas. Estas, a fin de cuentas, también son pieles. Por eso, si crees que puedes estar padeciendo una enfermedad venérea acudir a una Clinica dermatológica es muy adecuado.

La Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología es una especialidad de la medicina. El profesional en dermatología primero ha tenido que hacer medicina para, a continuación, especializarse en una rama que tiene el nombre anteriormente citado. Por lo tanto, cualquier dermatólogo tiene conocimientos de venereología. A mayores, los dermatólogos pueden especializarse en diferentes campos, pudiendo elegir la venereología como una especialidad todavía más exclusiva dentro del ejercicio de su profesión.

Muchas personas ignoran que esto es así y ante un problema en la piel de sus partes íntimas acuden al ginecólogo o al urólogo. Estos especialistas también van a poder ayudarle, como médicos que son, pero el dermatólogo será quién tenga una formación más especializada en ese campo.

Los ginecólogos y médicos de cabecera llevan a cabo una labor más centrada en la educación para evitar que se produzcan este tipo de contagios. A ambos profesionales se les puede preguntar al respecto y pedirle orientación cuando no se sabe cómo prevenir los contagios o si los métodos que se están empleando son realmente seguros para todas las enfermedades de transmisión sexual. También pueden derivarte a un dermatólogo especializado para tratar problemas de piel causados por estas enfermedades, de ser el caso de que ya se hayan producido.

Como suele suceder en todos los campos de la medicina, la prevención es la mejor arma contra este tipo de enfermedades, pero incluso con cuidados y prevención cualquier persona que tenga una vida sexual activa puede verse en la situación de tener un contagio de este tipo. Si esto sucede, acudir al médico especialista de forma rápida es la mejor manera de evitar que lo que puede ser un problema controlable acabe siendo algo grave o, lo que es peor, acabe contagiándose a terceras personas. 

Hoy, muchas enfermedades de transmisión sexual que hasta hace poco no tenían cura o no podían controlarse, son perfectamente controlables si se detectan a tiempo, por lo que actuar rápido es fundamental. Evitar que estas enfermedades se propaguen también es responsabilidad de cada uno, por lo que hay que acudir al médico ante cualquier signo de alarma, sobre todo si se han tenido relaciones sin protección o se mantienen relaciones con diferentes personas.