Galicia, destino de vacaciones

Galicia se ha convertido en el destino de vacaciones de cientos de personas no solo de nuestro país, sino también más allá de nuestras fronteras. Son muchas las cosas que este lugar del noroeste de la península puede ofrecer a sus visitantes. Tantas, que es casi imposible no encontrar un punto de interés en Galicia.

Para quienes buscan tranquilidad y paz, el interior de Galicia es ideal para disfrutar de vacaciones. Hay lugares, como la llamada Ribeira Sacra, en los cuales el turismo crece, pero todavía no está masificado. Por eso, es posible encontrar aldeas que se han convertido en lugares de vacaciones ideales para quienes quieren estar en medio de la naturaleza. En algunos puntos, ni siquiera hay señal de Internet. Lo mismo que sucede en otros lugares de montaña como Os Ancares. 

Si se busca un turismo de playa y de sol en Rías Baixas se encuentra fácilmente este objetivo. Hay lugares de todo tipo, desde pueblos pequeños que durante el invierno tienen una población muy reducida pero que llegado el verano triplican y hasta cuadriplican la población. Además de las playas, ofrecen una hostelería muy completa y muchas ofertas de ocio.

En los últimos tiempos, se han puesto de moda los lugares un poco más escondidos, aunque ya han dejado de estarlo tanto. Tener como destino Ons es una alternativa en la lista de cada vez más personas, sea para disfrutar de varios días, sea para pasar un solo día especial.

No todo el mundo entiende las vacaciones como sol y playa. Para quienes quieren compras y disfrutar de la vida en la ciudad, las dos alternativas más importantes son A Coruña y Vigo. En ambas ciudades se puede disfrutar de centros comerciales, teatros, exposiciones y vida nocturna muy activa. Además, ambas cuentan con playas para poder combinar las dos formas de entender las vacaciones sin tener que renunciar a nada.

Ciudades como Lugo o como Ourense ofrecen la esencia urbanita, pero en un tamaño más reducido. Durante el verano, Lugo es la opción favorita por tener un clima algo más suave mientras que Ourense se está convirtiendo en un destino perfecto en invierno gracias a sus termas, en las que es toda una experiencia sumergirse cuando hace frío, disfrutando del contraste de temperaturas y de un rito que se remonta, al menos dos milenios atrás y que no ha perdido nada de atractivo desde entonces.